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miércoles, 24 de septiembre de 2014

Ya no recuerdo qué estaba buscando


De pronto apareció ahí,
en el lugar que nunca enseñé a nadie
y fui vulnerable.

A veces no baja la persiana del todo,
y las mañanas le besan con luz a la altura de los ojos.
-Otras veces, solo te beso yo.-

Hace café, después de desayunar
y prepara tostadas,
y sonríe si le miro.

A veces le hablo de mí
y me responde con amor y otras palabras, que antes parecían complicadas.
Me busca las heridas para curarlas
con caricias llenas de otoño y deseo.

Hoy no me importa que el invierno quiera venir de golpe para quedarse,
puedo soñar-te.







Llueve,
pero es la primera vez que me dice
 que le gusta la manera en que sostengo
 la taza de café.









¡Feliz otoño!


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