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martes, 21 de octubre de 2014

Eternos puntos suspensivos




Imagina un principio sin riesgo de precipicio,
un no tener que echar(te) de menos,
la caída en un sofá lleno de caricias y música de fondo,
una noche interminable
o un libro de poesía mientras te acarician los dedos de los pies.

Si cierras los ojos,
no muy fuerte,
podrás recordar el día en que la mirada se me empañaba de amor,
y macerabas mis labios en besos
mientras decidías soportar mis manías
y enseñarme tus pasiones. 

Intentamos guardar toda la energía
y cualquier recipiente era pequeño.
El universo nos propuso un pacto.
No dudamos en cerrar(lo); 
lo mismo con la puerta.
Tras ella la magia rompió todas las distancias
y mi nariz casi formaba parte de tu mejilla,
y tus sueños eran los míos,
y los míos eran tuyos
y así eternos puntos suspensivos.

Porque no había mañana, 
porque la noche era eterna,
y el precipicio ya no tiene riesgo;
se fue sin hacer demasiado ruido.




          Fuente


"Como cuando miras como si no lo hubieses hecho nunca."

Zahara



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